El camino hacia Machu Picchu

Por Carlos Itani,  consultor
Alumno nivel superior de CursosdeEspnholonline.com

Recién visité a Machu Picchu con mi mujer. Hace tiempo quería llevarla a conocer ese lugar increíble y revivir con ella las experiencias que tuve allá cinco años atrás.

Me tomé un tiempo para pensar sobre lo que me atrajo de vuelta a ese lugar en medio a tantas otras opciones. Y con eso en mente listé algunos consejos para aquellos que planean visitar ese destino.

Mi primer recomendación: si su salud le permite, vaya a Machu Pichu caminando, no de tren. Duerma en carpas en medio a ríos y montañas, no en hoteles. Sí, usted caminará diariamente por ocho a diez horas, en alturas superiores a tres mil metros s.n.m. No encontrará cualquier ducha, y estará exhausto al final de cada uno de los cinco días. Sin embargo, así como en la vida, le aseguro que el camine será aún más memorable que su destino final.

Aproveche el aire puro. Báñese en ríos. Permítase caminar en la lluvia mientras sube o baja de una montaña. Ve muchos tipos de frutos en sus árboles (no, no brotan en supermercados). De noche, contemple el cielo estrellado y las montañas nevadas iluminadas por la luna. Todo eso envuelto en el más calmo silencio.

En el camino, inevitablemente pensará sobre su vida. Sobre qué ha hecho, y qué empezará a hacer de ahora en adelante. Se recordará de sus familiares, uno a uno. Rezará por ellos. Y se sentirá agradecido por estar vivo.

Sobre todo, tomése el tiempo para conocer a las personas. Ellas son humildes y trabajadoras. En su mayoría, vienen del campo. Sus ocupaciones son muy pesadas, no obstante están siempre en paz y le saludarán con un sincero “Buen día, amigo!”. Los niños y los animales irán curiosos a jugar con usted. Haciéndole sentirse en casa. Enseñándole que la felicidad está en las cosas más simples y cuesta muy poco. Y que la vida y el camino, por más duros que puedan ser, valen la pena ser recorridos.