El otro lado de la vida de modelo

Por Bianca Cortes 

Siendo modelo a los 16 años necesitas tener la cabeza en su sitio, porque ser modelo tiene la parte buena con los desfiles, las fotos y las fiestas pero también tienes las partes malas como la presión de la agencia para una piel perfecta, un cuerpo perfecto e incluso un pelo perfecto.  Ser modelo tampoco es tan fácil como crees, te preocupas mucho, te quedas de pie durante horas y horas hasta que tus pies crean ampollas, ensayos, ensayos y "castings". Ser modelo es pasar por  30 "castings" al día, es como 30 entrevistas de trabajo al día, en este mundo también tenemos muchas competencias y algunas chicas acaban desarrollando problemas alimentarioses y psicológicos. Crecí en esta industria,  soy modelo desde los 7 años y siempre me encanté como lo agitada y buena que era esta vida. A los 15 años me aprobaron para una agencia internacional, dijeron que tenía que perder  peso y lo hice.  A los 16 años iba a viajar a China, y fue entonces cuando salió mal, no pude obtener mi visa, y fue entonces cuando me dijeron que tendría que esperar hasta los 18 años . Después de eso me desanimé y aumenté un poco de peso. Sigo siendo modelo y volví  mis viejos hábitos alimenticios, pero para ser modelo hay que tener la cabeza bien puesta, porque además del lujo, los viajes y los desfiles tenemos las cargas y la presión que se nos pone.  En mi caso aún peor porque mi madre trabaja en el medio y así que siempre tuve que ser perfecta. pero no me arrepiento de nada, lo haría todo de nuevo y seguiré en esta vida como un hobbie ¡sí!