La Economía Brasileña en 2018

Por Vladimir Caramasky do Vale, economista y estudiante avanzado de cursosdeespanolonline.com por Skype. 

La economía brasileña se encuentra en recuperación. Después de una crisis sin precedentes, hay motivos para algún optimismo moderado. La baja de la tasa de interés, la recuperación gradual del mercado laboral y el incremento en los salarios reales por cuenta de la caída de la inflación van a contribuir para la expansión del consumo. Al mismo tiempo, las inversiones privadas, aunque negativamente afectadas por la baja utilización de capacidad instalada en la industria y por la incertidumbre política, han registrado un pequeño incremento en el último trimestre de 2017, después de quince trimestres consecutivos de contracción.

Pero, lo que se puede esperar por ahora es una recuperación cíclica. El escenario de medio y largo plazo está involucrado por enorme incertidumbre. El problema principal es la sustentabilidad de la deuda pública, provocado por el fuerte crecimiento de los gastos del sistema jubilatorio proyectado para las próximas décadas. Para atacar ese problema, es necesaria una reforma que sea al mismo tiempo no popular y compleja. Solo un gobierno que esté seguro de la necesidad de la reforma y dispuesto a desprender su capital político en su defensa, tendría alguna posibilidad de lograrlo.

Mucho más que eso, también es fundamental que ese  gobierno tenga fuerte apoyo del Congreso, ya que la reforma requiere una alteración en la constitución y, por tanto, la aprobación por mayoría calificada en las dos casas del Congreso.

Si no resuelve sus problemas fiscales, es seguro que la economía Brasileña no logrará cambiar esa recuperación cíclica que tenemos hoy en tasas de crecimiento sustentables en el mediano y largo plazos. Esta situación hace con que las elecciones presidenciales de 2018 tengan una importancia enorme para los mercados y para el futuro del país.