Por Keila Rossi, alumna intermediaria

Querido Papá Noel:

Soy Keila Rossi y vivo en San Pablo – Brasil. Ya no soy una niña y en mi corazón han ocurrido muchos e importantes acontecimientos, razón por la cual he decidido escribirle esta carta a esta altura.
Cuando yo era niña acostumbraba creer en ti, creía que al ser una buena chica recibiría su visita en la Navidad con regalos que quería mucho ganar. Recuerdo esperar su visita ansiosa mientras la cena y charlas de mi familia. Y por eso le agradezco, por haber crecido creyendo que ser una persona buena te trae recompensas positivas:  nos hace entender que la vida, aunque sea difícil, puede llegar a ser fácil con una simple sonrisa, un simple gesto de solidaridad.
 A pesar de lo anterior, en particular a partir de todos los acontecimientos que han ocurrido en mi vida, esta creencia ha desaparecido pura y simplemente. Con esto quiero decir que además de agradecerle, le pido por favor ayudarme a creer nuevamente como una simple sonrisa puede transformar nuestro día.
 En conclusión, aprovechando el clima de Navidad, le envío esta carta como una solicitud de ayuda solamente, con la simple intención de entender si vale la pena seguir adelante y afrontar todos los retos de la vida frente a escenarios cada vez más desafiantes. No sé más qué hacer ya que siento que mis fuerzas se van extinguiendo lentamente.

Esperaré ansiosamente su respuesta y me despido muy atentamente,
Keila